Un joven dominicano aterriza en el aeropuerto de La Habana con la promesa de pasar allí una temporada, para finalmente poder desintoxicarse de su adicción a la heroína. Lo espera el Doctor Bengoa, quien lo enviará a primero a una clínica y luego a un departamento, en el que transitará una travesía de autoconocimiento.
Pero este es solo un plano de la novela: el relato del presente, aquel en el que el protagonista, Argenis Luna, establece vínculos de amor desprejuiciado –con Susana y su vecino Vantroi– y se enfrenta con las oscuridades del ocaso del régimen comunista. En simultáneo, existe otro plano, aquel del viaje emocional, de la búsqueda de recuerdos que ayuden a Argenis a encontrar su identidad y esclarecer para sí el vínculo con su padre.
Y es esa sombra, la de Saturno devorando a su hijo, la que acompaña gran parte de esta historia. El padre de Argenis, un antiguo héroe de la guerrilla dominicana, que hoy enfrenta las contradicciones entre su pasado y el anquilosamiento de su rol en un partido del nuevo espectro político, es también la figura en la que se ancla esta comparación entre dos generaciones en dos países diferentes, estableciendo puentes entre la época revolucionaria y la actual. “Brotaba los ojos de gusto con algo vacío y monstruoso, como el Saturno devorando a su hijo de Goya.”
Y en el trasfondo, el eco de dos ciudades. La Habana, un personaje en sí mismo y con vida propia, que vibra al ritmo de los diálogos y aventuras de estos personajes, trasluciendo su propia historia. Y Santo Domingo, de la cual vemos atisbos de su devenir a través de lo que implicaron los diversos gobiernos.
Con tono transgresor y ritmo ágil la autora despliega su voz caribeña, tan propia y particular; nos trae una historia circular, que empieza y termina en La Habana, realizando en el medio un viaje de crecimiento y fuerte carga emotiva. Hecho en Saturno es una novela sobre la relación de un hijo con su padre, pero también de una generación entera con la que la precedió. ¿Cómo se vive después de una revolución que no cumplió sus promesas, pero aún está llena de carga simbólica? En este contexto contradictorio y opresor, Argenis logra construirse en oposición.